Empezamos con los FanZineS
“Un fanzine es un cajón de sastre donde tiene cabida […] cualquiera que tenga algo que decir, sin pretensión de gloria, dinero, reconocimiento o perpetuidad”
De espaldas al kiosko
La definición de “Fanzine” parece bastante problemática puesto que está más sujeta a su esencia que a una descripción física. La RAE, que sabe poco de esencias, ha añadido su entrada al Diccionario con esta vaga definición: “revista de escasa tirada y distribución, hecha con pocos medios por aficionados a temas como el comic, la ciencia ficción, el cine, la música pop, etc”. Bueno, sencillamente han seleccionado una parte de lo que es, una parte de su historia, desdeñando el resto. Y es que es posible que unos señores que se dedican a la normatividad puedan llegar a entender este tipo de publicaciones, pero no creemos que llegaran a ayudar a aclarar su problema léxico (en realidad, preferimos que no se metan). Si su definición es difícil, se debe a lo complejos que son en sí.
Es innegable que tenemos una idea de la apariencia física de un fanzine que lo asemeja a un libelo o a una revista pequeña, de pocas páginas (cuesta imaginarse un fanzine de 100 pp.); pero esta descripción es demasiado ligera, además de que no establece límites con otras publicaciones, no concretiza, no ayuda a establecer un concepto claro de “fanzine”. Por otro lado, también tenemos una idea de las líneas estéticas que siguen estas publicaciones, incluso con la intrusión en la edición de programas de maquetación sencillos y de software libre que permiten a todo el mundo acceder a este arte añadiendo líneas nuevas, se ha mantenido bastante su estética “clásica”. Pero la conceptualización con verdadero peso del término “fanzine” es la que lo liga a ideas tan fuertes como: autoedición, autogestión, contracultura, bajo presupuesto, sin lucro, vía de comunicación abierta por cualquier persona que tiene algo que decir.
Por el principio, la etimología: la palabra es una contracción de dos voces anglosajones “fan” y “magazine”. La primera de ellas hace referencia a las personas que admiran a alguien o son seguidoras o aficionadas con entusiasmo de algo; un Magazine es una revista, pero su forma corta “zine” es la voz inglesa con la que se nombra a las publicaciones autoeditadas.
En fin, de una forma resumida, un fanzine es una pequeña publicación que se puede hacer en cualquier momento por cualquier persona que tenga la necesidad de comunicarse en este formato; que se gestiona de principio a fin (escritura, edición, distribución…) por la persona que lo creó (o personas, puesto que muchas veces es una creación colectiva); nace con un bajo presupuesto y no recauda mucho dinero puesto que su finalidad no es la de lucrarse; se saca con intención de difundir, la finalidad es el fanzine en sí, por lo que nada de licencias y la mayor parte de las veces, tampoco hay reconocimiento a la autoría; las tiradas son pequeñas, sin depósito legal y se distribuyen por lugares “marginales”; total y absolutamente ligado a la contracultura; el contenido es libre.
Así se convierten en una joya, en el canal de comunicación y difusión perfecto para muchas formas de cultura; por todo esto, porque tienen la cualidad de ser nuestros y no serlo a la vez,
nos declaramos fanáticas de los fanzines.
Seguimos con los FanZineS
Todo lo que hemos expuesto antes hace ver que el Fanzine es un desconocido en la vida normalizada, con poca consideración en la cultura oficial. Aunque en los últimos años está adquiriendo más presencia en la cultura popular (incluso hay museos y bibliotecas que están quitándole el polvo a los fanzines que tenían guardados y los están exponiendo, digitalizando…lo que tiene un punto que nos encanta). Esto ha creado un problema, parte de la esencia se está borrando y llevamos tiempo viendo fanzines de contenidos dudosos a un precio desorbitado; reconocemos que siguen siendo autoediciones, siguen estando fuera del mercado editorial capitalista, pero solo fuera del oficial que les reclama a elles dinero por crear y distribuir; en realidad lo que se está haciendo es capitalizar los fanzines y los medios de difusión de estos, muchas veces incluso menospreciando el contenido en virtud de una edición vistosa para poder cobrarla más cara.
Nos cuesta entender que pase esto y que pase en nuestros entornos, pero los fanzines no son lo primero de lo que este tipo de cultura se adueña, destroza su esencia convirtiéndolo en un sinsentido moderno, y se forra con ello siempre con el cartelito de contracultura delante que da caché. Pues queremos marcar que nosotras consideramos que en estos casos, por mucho que llames así a tu publicación, no será nunca un fanzine, por todo lo que ya hemos dicho antes.
Terminamos con los FanZineS
Existen muchas hipótesis sobre el origen de los fanzines o sobre sus apariciones en distintos momentos de la historia. Unos se remontan a los ss.xv y xvi con el uso de los anabaptistas de la imprenta para denunciar a monjes corruptos (Alcántara, 2015). Galaxina (2017) se centra en los panfletos de las revoluciones americana y francesa, y las revistas de las vanguardias artísticas de principios del siglo xx.
Pero la mayoría coincide en que el nacimiento de la palabra “fanzine” y de parte de su significado, se encuentra en las autopublicaciones (fanmagazines o fanmags) de 1930 relacionadas con la ciencia ficción (el que se considera el primer fanzine de la historia fue The Comet). Aunque no es hasta 1941 cuando se acuña el término “fanzine”, usado por el escritor Russ Chauvenet.
Es señalable quea lo largo de la historia, por razones obvias, muchos grupos y colectivos alejados, oprimidos o contrarios por la cultura predominante han usado la autoedición como forma de difusión: las Panteras Negras, Las W.I.T.C.H,…
Pero aquí nos queremos centrar en relación especial entre los fanzines y el punk, y entre los fanzines y el anarquismo. La autoedición, los fanzines… pueden ser la herramienta perfecta para difundir ideas y sensaciones, o lo que quieras, cuando no ves reflejado nada de esto en la cultura visibilizada, o simplemente porque necesitas abrir ese canal. Pero es que el punk es a la música lo que el fanzine a la escritura. Por lo que es evidente que están unidos, y que el punk cuando no es música es fanzine. Igual también creemos que es inevitable que este formato haya sido el canal predilecto del anarquismo para la difusión, por la adecuación del fanzine a la visión esencial de aquel.
Ahora, FaNzinoteKa
Toda esta chachara era para situarnos un poco en este mundo tan amplio y tan poco definido puesto que a todo el mundo siempre le surge la duda de qué fanzines tenemos, entonces para presentar el proyecto, tenemos que contar qué fanzines queremos y tenemos. Pues bueno, hemos construido la fanzinoteka a través de donaciones de otros colectivos (La Leona de la Enredadera, La biblioteca Jesús Lizano, El punt…), fanzines propios y otros que hemos considerado que debíamos tener. Puede que no todos sean afines a nosotras (por cosas como que tenemos algunos antiguos que lees ahora y madre!; o por diferencias dentro de la misma posición), pero, aunque nos confronten creemos que deben estar. En conclusión, son fanzines, son fanzines con contenido, son fanzines con contenido político.
Bueno, dentro de esta casa, los fanzines han sido la mayor parte de las veces fugaces, han salido, se han difundido y han desaparecido. Por suerte algunas personitas los hemos almacenado, incluso aquellos que ya se quedaron sin contexto. Y por suerte, no están en desuso, por lo que seguimos encontrando fanzines para añadir a nuestro archivo.
Para no seguir alargándonos, cerramos diciendo que hemos creado este archivo, para que la gente pueda venir, verlos, leerlos, consumirlos, copiarlos, difundirlos, contarnos, consultarnos… Así que, fanzineres por aquí nos vemos!